El 14 de noviembre se realizó la tercera edición de los premios Ventanas al Futuro, Premios Cayc-Klaukol. La idea fue reconocer las obras de veinte arquitectos que con su calidad y trayectoria colaboraron para el crecimiento de las ciudades argentinas. Los distinguidos fueron el Estudio Azpiazu-García (La Plata), Estudio Agüero-Weskhamp-Pitt, arquitecto Alejandro Apa, Estudio Atrio (Eduardo Grimblat-Guillermo Sebrino-Pedro Macchi, Tucumán), Estudio Alejandro y Oscar Borrachia, Estudio CAM (Arditti-Morgenstern, Santa Fe), Luis Caporosi (Bahía Blanca), Estudio Ferreyra-Weskamp-Argüello-Pitt (Córdoba), Ingeniero Groissman (Grupo Presidente-Mendoza), Ingeniero Jaime Garbansky (Córdoba), Estudio Ignacio y Diego Lopatín-Elisa Cohen, Edgardo Minond, José Montero Lacasa (Esquel), Fabio Morales (La Pampa), Teresa Portal (Chaco); Arq. Omar Pulice; Arq. Enrica Rosellini; Arq. Pablo Seggiaro.

Publicado el miércoles 31 de octubre de 2007 en http://www.lanacion.com.ar/957886

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En un edificio de propiedad horizontal, una persona es dueña de su vivienda y, al mismo tiempo, copropietaria de las zonas comunes. Y de allí surgen los problemas. Parta complicar las cosas, la ley que regula la propiedad horizontal, la 13.512, es de 1948, y poco se adapta a los consorcios actuales.

Reglamento de copropiedad y administración
Cuando alguien compra un departamento, pasa a integrar una sociedad (el consorcio) que opera según el reglamento de copropiedad, redactado por el dueño original de edificio en escritura pública e inscripto en el Registro de la Propiedad. Se considera este reglamento un contrato de adhesión, es decir, uno cuyas cláusulas redacta sólo una parte y el que las demás se pliegan con su firma. Hay que distinguirlo del llamado reglamento interno, establecido por los propietarios en asamblea, y que sólo tiene valor entre sus miembros, no frente a terceros. Otra diferencia es que no es necesario hacerlo por escritura pública.

El consorcio: funciones y autoridades
El consorcio toma decisiones sobre las partes comunes. Constituye una sociedad sin fines de lucro, compuesta por el conjunto de los propietarios, cuyo un único fin es asegurar la mejor calidad de vida de sus integrantes. Sus autoridades son dos: Las asambleas: ordinarias o extraordinarias y, a veces, algo conflictivas, las asambleas son un espacio para hablar de todos los temas que interesan a los propietarios. Todo queda registrado en las Actas de Asamblea, y de las decisiones se toman en función del quórum. El administrador: representa el consorcio frente a terceros y frente a la ley. Debe, por ejemplo, recaudar expensas, sacar un seguro contra incendio o llevar tres libros reglamentarios.

Las obligaciones del administrador
Esta tarea requiere de cierta especialización, y la experiencia demuestra que, a veces, cuesta mucho menos desplazar a un mal administrador de su cargo que a un grupo constituido por propietarios. Una de las principales tareas del administrador es recaudar las expensas para mantener el edificio. También deberá exponer con claridad cuáles son las sumas que entran o salen del consorcio o si se han celebrado contratos (por arreglos o publicidad en la medianera, por ejemplo). Si los actos del administrador no resultaran claros, pida la rendición de cuentas cuando lo considere necesario.